martes, 1 de octubre de 2013

La educación musical


"El desierto será iempre esta casa donde nacieron
y aún crecen. La arena migra de una pieza a otra
y y los persigo, les presto un camello, les paso
mi kéfir para protegerlos del sol mientras pierdo
la cuenta de las noches y los días."

El poema es del último libro de Yaki Setton. Quienes crecen, claro, son los hijos. Los de la foto son los míos. Dos de los tres, los dos más grandes. Me gustó el contraste entre los chicos, su abrigo y el cielo detrás, esas nubes que parecen comérselo todo. La foto la sacó S. Yo me había quedado con el bebé en lo de mi querida amiga Vero. Bueno, aquí el link a la reseña  que escribí para Ñ en relación al libro de Yaki. Algo que me quedó afuera porque no sabía cómo escribirlo sin herir susceptibilidades: se suele decir que sólo los poetas leen poesía, bueno, este es un libro que perfectamente puede gustarle al lector de narrativa. Y no sólo porque los poemas tienen una cadencia que nos lleva a la prosa sino porque Setton aborda el tema desde lo más íntimo, lo más personal. En fin, se me ocurrió que el libro podría ser un buen regalo, por ejemplo. Un lindísimo libro para regalar. Y me dieron ganas de que se vendiera bien. Por eso la recomendación: regalen este libro sin importar que quien lo vaya a recibir sea o no amante de la poesía. Y viajen a las montañas. No hay nada como las montañas.

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